El futbol es asi. Por distintas circunstancias, en especial responsabilidades propias, el Celeste en un partido que se presentaba para ganarlo por mas de un gol y con una buena actuación, terminó redondeando una presentación chata, sin demasiados matices y con algunos rendimientos muy por debajo respecto al nivel mostrado en el final de la primera etapa del torneo.
Repitamos un concepto que dimos en la primera rueda y que, de alguna manera, puede servir para medir mejor los sucedido esta tarde - noche, en el Beranger, este equipo de Talleres de Escalada es de lo peor que hemos visto vistiendo la albirroja en los últimos años, y sin dudas, debe ser, en todo sentido, de los planteles con mayores limitaciones presupuestarias y de variantes del campeonato, sin embargo con tan poco, Temperley no supo, ni pudo quebrarlo y vencerlo.
La actuación del equipo fue de mayor a menor. En el arranque, todo era de Temperley, Quevedo intervenía activamente en la circulación del juego, Micheli se mostraba como salida por derecha, Giannunzio ganaba en los anticipos y Emiliano Impallari, por potencia superaba a los rivales gambeteando, como debe hacerlo, hacia adelante.
Fueron 20 minutos en los cuales el Celeste presionaba, recuperaba la pelota con facilidad frente a un rival que no hacía pie en defensa, y generaba situaciones de peligro. Dos cabezazos francos de Rodrigo Salomón, un sombrero en el área de Quevedo que al caer la pelota le pegó de primera elevando el remate por muy poco, y en la mas clara, un desborde de Núñez por derecha, encontró solo a Juan Manuel Quevedo quien le pegó a la pelota de arriba hacia abajo, haciando picar la misma frente al arquero y desviando por centímetros el remate.
Parecía que el Celeste por fuerza y presión iba a desnivelar. Sin embargo, poco a poco el visitante logró salir del asedio y encontrar, por afuera, los huecos en el mediocampo Celeste para hacer circular la pelota y generar alguna situación de peligro.
Fue ahí, sobre los '20 cuando Temperley comenzó a equivocarse. Dejó de presionar en la mitad de la cancha, perdió la pelota y por ende toda la claridad. Quevedo comenzó a aparecer cada vez en forma mas esporádica y Maxi Núñez, quien debe haber jugado su peor partido desde que llegó al Celeste, transportaba mucho, y no acertaba con los pases.
El rival, sin mucho esfuerzo, logró cortar los circuitos de juego del local y todo comenzó a ser un ida y vuelta de la pelota, llevada parte por el fuerte viento, y parte por los desatinos de los 22 jugadores de un lado a otro, sin demasiado destino. Crivelli y Gambandé fueron espectadores de lujo en esos minutos finales de la etapa inicial y tuvieron muy escasa participación en el complemento.
Los primeros veinte minutos del segundo tiempo fueron lo peor del partido. Muy cortado por las lesiones, en particular las de Luis y Diego Rodríguez, este ultimo, lamentablemente fracturado y Mauro Pajón a quien a pocos minutos de ingresar le rompieron la cara de una patada. También Giannunzio tuvo un corte en el rostro. Todo esto sumado a que ninguno de los dos equipos lograba hilvanar jugadas, hizo el trámite, poco menos que insoportable.
Lo de Temperley era todo fervor. Los jugadores iban a cada pelota dividida como si fuera la última, ganaban por fuerza, pero a la hora de jugar, se equivocaban. Llenaban el área de centros provocando alguna salida apurada, pero poco mas. Hubo un par de agarrones en el área que nos generaron alguna duda, en especial una de Salina a Gozzarelli, pero mas allá de la mediocridad del árbitro, debe quedar bien claro que no se llegó a generar mas situaciones pues, en esta segunda mitad, Temperley jugó decididamente mal.
Sobre el final, un cabezazo del ingresado Leandro Alvarez se fue cerca, y la mas clara, un fuerte remate de Pajón, ingresando por derecha, generó la única atajada, mas o menos importante de Gambandé.
El generoso veredicto del público presente fue el del aplauso, premiando mas el esfuerzo y la actitud de tratar de ganar el partido que el del futbol mostrado, situación que sigue siendo una seria asignatura pendiente para este equipo.