lunes, octubre 29, 2007

Esta vez dos goles no alcanzaron.

En anteriores oportunidades fue la anemia ofensiva del Celeste la que produjo, pese a la actitud, que no se pudiera lograr un resultado positivo de local, en este partido los errores defensivos y la actitud especulativo del planteo técnico le impidieron a Temperley sumar de a tres en condición de local.
Una noche agradable, mucha gente en la tribuna y en la platea, un rival accesible y todo para ganarlo. Nuevamente no pudo ser.
El arranque mostró a un equipo que trató de pararse en campo rival, forzando el error de la defensa visitante, gracias a esta presión se forzó un tiro libre desde la puerta del área que Pajón ejecutó y desvió por escasos centímetros.
Sin embargo, como siempre sucede, el arranque ofensivo fue un espejismo. Poco a poco, el equipo se acomodó a lo de siempre. Luis Rodríguez y Pajón comenzaron a estar mas preocupados por marcas a Harkes, de buen partido, y Aquino que de atacar, Quevedo y Núñez quedaron desconectados del resto de sus compañeros y al pobre Caballero, solo le llegaban cascotazos.
El partido entró en la medianía habitual de los partidos de local, el Celeste no sufría en su área pero tampoco lograba desnivelar. El visitante, a través del mencionado Harkes y el trajinar de Orfila manejaba mejor la pelota pero adelante ni Katip (quien lo ha visto, y quien lo ve...) y Bazán Vera lograban superar a la defensa local.
Lo del Celeste era pelotazos de cuarenta o cincuenta metros para que Quevedo y Núñez trataran de pelear contra la inferioridad física y numérica de la defensa visitante.
Parecía que nada iba a pasar hasta que Rodrigo Salomón quiso cortar un pase de Primerano y pasó de largo dejando solo, mano a mano nada menos que a Bazán Vera quien definió como lo que es, un goleador. Uno a cero.
Temperley buscó la desesperada, pero un equipo defensivo, cuando trata de transformarse en ofensivo repentinamente, no le sale, y no le salió. Fueron centros, alguna arremetida de Giannunzio y poco mas. Sobre el final un cabezazo de Ratto fue bien contenido por el arquero visitante. Poco para tratar de empatar.
En el inicio del complemento Barrella mandó a la cancha a Impallari en lugar de un desconocido Ratto.
Una reflexión sobre este cambio. Sin dudas que fue acertado pero nos preguntamos, ¿No debe Temperley ganar de local?, ¿Sirve empatar en el Beranger?, si este es el objetivo del cuerpo técnico, no lo entendemos. Si el equipo PUEDE salir a buscar el partido, como lo hizo en los primeros veinte minutos del segundo tiempo, no podemos comprender porque motivo no se pudo salir con este planteo desde el mismo minuto inicial del partido. Se regaló un tiempo y se pagó con el empate.
Como decíamos, el Celeste salió con todo en la etapa complementaria y el rival no hacía pie, Nuñez y Quevedo rotaban y lograban superar con facilidad a Orfila, Impallari y Caballero en conjunto tenían otra presencia en el área y lo mas importante de todo, Luis Rodríguez y fundamentalmente Pajón jugaban de cara al arco rival.
El empate llegó a poco de iniciado el complemento en la mejor y quizás la única jugada colectiva del partido, gran pase de Pajón por encima de la cabeza del marcador para Quevedo, el volante que, con cabeza levantada desborda por derecha y lanza un preciso centro atrás para que Impallari, de primera, cambiara el palo al arquero, era uno a uno y parecía que era de Temperley.
El Celeste, con pocas ideas por cierto, pero con una clara vocación ofensiva buscaba desnivelar, sin lograr generar situaciones de real peligro, pero la gente cantaba y se ilusionaba.
El visitante, logró salir del asedio y tuvo dos claras, primero un desborde de Harkes por izquierda tras un doble error de Pajón y Giannunzio, encontró solo a Primerano que desvió su remate, luego un tiro desde afuera de Gutierrez que Crivelli desvió al corner.
El partido era de pobre nivel, pero emotivo, y en estos casos, son las individualidades las que terminan definiendo. Son los jugadores que sacan agua de las piedras.
Tras el corner, un largo envío de Crivelli encontró en la mitad de la cancha a Maxi Núñez, el "3" visitante fue al bulto, Maxi se la tiró por un costado del cuerpo, y corrió por el otro quedando con la pelota, corrió por la derecha cuarenta metros a toda velocidad, cuando el arquero dio el paso adelante para tapar el centro a Quevedo que entraba solo, Núñez le pegó al segundo palo abajo tomando al arquero a contrapié, Dos a uno y delirio por el golazo.
La ventaja y el rival daba para seguir en actitud ofensiva, el rival se caía a pedazos. Al igual que Temperley en la etapa inicial, había planteado el partido para defender, y de golpe tenía que atacar sin lograr hilvanar jugadas.
Sin embargo, el propio Temperley le facilitó la tarea. Barrella vuelve a acomodar al equipo para defender, saca a Caballero pone Micheli y el equipo vuelve a perder la brújula. Se aislan los delanteros y los defensores, comienzan a quedar desacomodados.
Como decíamos hay jugadores que sacan agua de las piedras, bien lo sabemos los hinchas de Temperley que Bazán Vera es uno de ellos, en una duda de la zaga central Celeste, la pelota le quedó al "9" visitante en la puerta del área y le pegó fuerte arriba, al palo izquierdo de Crivelli, palo y adentro, dos a dos.
Temperley nuevamente desacomodado, parado defensivamente, tuvo que salir a cambiar pero no pudo torcer la historia. El ingreso de Revainera, por un agotado Pajón no tuvo influencia en el juego, sin embargo el Celeste, casi lo gana. Un cabezazo de Salomón en el palo a poco del final pudo haberle dado la victoria.
Las conclusiones que sacamos de este partido son que, por un lado, el equipo jugó uno de sus peores partidos en función defensiva, sin embargo no sufrió tanto por las limitaciones del rival, por el contrario en ofensiva quedó demostrado que, cuando quiere, puede. El problema es que no siempre se quiere.

lunes, octubre 22, 2007

Pura Impotencia

Comentario del partido Atlanta 1 - Temperley 0 jugado el Lunes 22 de Octubre de 2007 en cancha de Platense

Fue derrota frente a un equipo superior. Temperley en su excursión a Saavedra, no pudo frente a un equipo que tuvo mas seguridad defensiva, mejores individualidades y que supo aprovechar una de las tantas situaciones de gol que generó.

El primer tiempo comenzó de ida y vuelta. El Celeste con Nuñez y Pajón por derecha, Luis Rodríguez y Quevedo por izquierda planteaba un partido con presión en mitad de cancha y salida rápida por afuera. Micheli parado como habitualmente lo hace Giannunzio intentaba sumarse a la circulación de la pelota en el medio.
Fueron diez minutos en los cuales, suponemos, el partido fue de acuerdo a como lo imaginó Barrella, es decir el Celeste saliendo con velocidad tratando de acertar una contra, y cortando la circulación de la mitad de la cancha al Bohemio. En este lapso, salvo por un remate esquinado de Nuñez, el Celeste tenia la pelota pero no generó llegadas.
Sin embargo bastó para que el “petiso” Perez García se tirara a la derecha encontrando un inmenso hueco en la defensa Celeste pues, ni Luis Rodríguez llegaba al retroceso, ni Micheli al cruce y cuando iba Ratto, perdía en el dos – uno.
Primero fue un desborde por ese sector del 10 local cuyo centro no fue alcanzado de milagro por Molina y luego un corner desde la derecha al cual Cherro, solo, como un anticipo de lo que se venía cabeceó por arriba del horizontal.
Sobre los 18 un centro desde el mismo sector, la derecha del ataque Bohemio, Perez García lanzó un centro cruzado que superó a toda la defensa Celeste y por detrás Lucas Ferreiro, a quien parece que con esta camiseta se le calienta un poco su pecho, habitualmente helado, marcó la apertura del marcador. Recordemos que en Temperley este jugador solo puso actitud para pelear premios y en Italiano y Racing fue suplente del suplente y fue despedido sin mas trámite.
Entre paréntesis y yendo a nuestras propias miserias: ¿De quien era la marca de Ferreiro? pues el Capitan Frio entró absolutamente solo y sin un solo jugador Celeste, al menos, para atorarlo un poco.
En los cinco minutos siguientes casi se viene la debacle y la goleada. La defensa Celeste era un flan que solo atinaba a rechazar la pelota para cualquier lado, pero era superada por todos los sectores por Atlanta, una entrada mano a mano de Molina fue salvada milagrosamente por Crivelli.
Por fortuna, y no por mérito propio el Celeste salió del asedio. El local levantó el pie del acelerador y nuevamente comenzó a tener un poco mas la pelota Temperley.
Luis Rodriguez muy enredado como siempre, pero con mucha voluntad por izquierda, y Maxi Nunez por derecha eran los abanderados, pero no encontraban compañía pues Luztky perdía con los centrales locales y Quevedo buscaba la individual sin al menos intentar la descarga.
Sobre el final de la etapa inicial Temperley tuvo tres aproximaciones, un remate de Ratto, que rebotó en un defensor, un buen desborde de Maxi Nunez fue salvado al corner por Perez y tras un corner de Pajon, Luztky le pegó de aire desviando por un par de metros su remate.
El complemento encontró a un Temperley, que desde la voluntad de Maxi Núñez que desniveló cada vez que encaró a los defensores locales pero que no encontró acompañamiento, el Celeste tuvo mas la pelota, pero careció de peligrosidad.
El local se paró unos metros mas atrás y de contra y, sin dudas, teniendo mucho menos tiempo el control del juego, generó las situaciones de gol mas claras. Apenas comenzado el complemento, una buena pared por mitad de cancha culminó con una descarga a Castillo quien, por encima del cuerpo de Crivelli desvió por centímetros. Minutos después fue Molina quien tuvo el mano a mano y desvió su remate y finalmente nuevamente Castillo quien, desde afuera del área sacó un fuerte remate que salvó Crivelli por encima del horizontal. El Celeste tenía la pelota pero las situaciones de real peligro eran del local que no terminaba de definir el partido.
En Temperley todo lo empezaba Maxi Nuñez pero el ex Estudiantes no encontraba compañía pues Luis Rodríguez ya no trepaba por su lateral y Pajón y Quevedo parecían extenuados y sin respuestas futbolísticas. Tampoco Lutzky tuvo un buen partido. El chico de Santa Teresita tuvo en su pie izquierdo el empate sobre los '25 en la llegada mas profunda del Celeste tras un desborde del solitario Núñez, pero su remate, mordido, salió desviado.
Barrella intentó arriesgar con los ingresos de Caballero y Maldonado pero, para cuando estos ingresaron, Atlanta ya había reacomodado sus piezas, y Núñez, muy cansado había perdido claridad y presencia en el juego.
El balance final mostró la impotencia de un equipo que, si bien muestra buenas intenciones en el manejo y la circulacion, hoy tuvo muchas desatenciones defensivas y fundamentalmente una carencia casi total de ideas para generar y concretar situaciones de gol.
Buenas actuaciones de Maxi Nuñez, un poco individual pero siempre desbordando rivales y mucha seguridad en Crivelli quien en el gol no tuvo nada que hacer y salvó un par de situaciones bastante claras.

lunes, octubre 15, 2007

Dos puntos en el camino

Comentario del partido entre Temperley 0 - Flandria 0 jugado el Lunes 15 de Octubre de 2007 en el Beranger.

Un día feriado, mucha gente en la cancha, el equipo venía de dos victorias. Todo estaba dado para una fiesta en la cual, hubiera una reconciliación definitiva ente hinchas y este equipo que, salvo por el clásico, no había dado mucho en los partidos jugados en el Beranger. Lamentablemente, no pudo ser, el Celeste, de local, volvió a mostrar que le cuesta mucho asumir el protagonismo de los partidos y que mas allá que en actitud se deja todo, en el juego, no se puede encontrar una línea como para meterse entre los protagonistas del campeonato.
No es posible hablar de un rival que vino solo a defenderse, pero estaba claro que el planteo de Flandria fue armado conociendo las características de algunos jugadores Celestes, y el planteo del equipo. El visitante salió a presionar con todo, en especial sobre los laterales tapando las subidas de Pajón y Luís Rodríguez. Le pusieron un hombre pegado como estampilla a Lutzky y a Nuñez y a Quevedo, los esperaron escalonadamente para evitar que los superen en velocidad.
Temperley tenía un poco menos de presión por el medio, pero Giannunzio, quien volvió a ser un León en la marca, no estuvo "fino" con la pelota y por ende, cuando trató de distribuir el juego, no pudo hacerlo correctamente.
La respuesta del Celeste a la presión del rival fue el tratar de hacer todo rápido, a un toque y a mucha velocidad. Si bien con esta fórmula se logró alguna jugada asociada, en general faltó precisión y se terminó en centros sin demasiado destino.
Por izquierda, en la etapa inicial, con el tándem Nuñez - Quevedo a los cuales se les sumaba bien Ratto se logró algún desborde pero la falta absoluta de peso en el área hizo que la tarea para los centrales visitantes se simplificara.
El Celeste, en toda la etapa inicial tuvo solo tres llegadas, las cuales, en todos los casos, fueron de pelota parada. Un buen centro de Pajón al cual no llegó por muy poco Salomón, otro centro conectado por Sosa, el cual fue contenido por el arquero Ramírez y un cabezazo de Diego Rodríguez que el arquero elevó sobre el horizontal.
Por el lado de Crivelli, el arquero Celeste debió tapar con un pie una entrada de Brizuela ante un quedo de la defensa.
El complemento comenzó con el mismo esquema por parte de los dos equipos, el visitante, se paró unos metros mas atrás y en el Celeste, a diferencia con la etapa inicial, Núñez se tiró mas a la derecha tratando de progresar en ofensiva junto a Pajón, que estuvo mas activo, pero sin mayores resultados respecto a la etapa inicial.
Flandria jugaba al error de Temperley y se cuidaba en todo el frente de su defensa. A la salida de un corner, sobre los 12 minutos, el visitante intentó una contra por el medio y Rodrigo Salomón que ya había sido amonestado, fue fuerte desde atrás y se ganó merecidamente la tarjeta Roja.
Pese a quedar con diez hombres, los diez minutos siguientes fueron los mejores del Celeste. Presionaban la salida de su rival y no lo dejaban progresar, llenando de centros el área pero sin encontrar demasiada claridad. Hasta que a los '21 la torpeza del lateral Diforti quien le pega una patada de Karate a Sosa dentro del área y comete un penal bastante infantil.
Lo ejecuta Ratto, no muy fuerte ni esquinado y el arquero Ramírez lo detiene.
Barrella decide, a mas de veinte minutos del final, bajar la cortina. Saca a Núñez, pone a Virardi y resigna todo el protagonismo.
Flandria, con la obligación de ir a buscar el partido frente a un rival con un hombre menos que le cedía el terreno y la pelota muestra las mismas limitaciones que había tenido Temperley cuando tuvo que atacar. Crivelli descuelga algunos centros, otros son rechazados por Sosa y Rodríguez y poco mas.
Adelante, el ingresado Caballero y Quevedo, ya fundido por el despliegue realizado, jugaban a "Robinson Crusoe" pues estaban solos y sin el mas mínimo acompañamiento. Solo hubo tiempo para la quinta amarilla de Giannunzio, mas producto del cansancio que de las dificultades reales para controlar a rivales que no inquietaron en ningún momento.
Un empate que, desde las expectativas, y por el trámite del partido, no dejan conformes a nadie. Habrá que buscar el modo que el equipo logre el protagonismo cuando tiene que asumirlo y, porque no mencionarlo, habrá que buscar en el plantel algún especialista que pueda ejecutar penales con mayor seguridad. De cuatro ejecutados, tres marrados parece demasiado.

sábado, octubre 06, 2007

De la mano de Núñez

Comentario del partido entre Defensores de Cambaceres 0 - Temperley 2 jugado en Ensenada el 6 de Octubre de 2007

En un deporte colectivo, cuando un equipo supera a otro por dos goles pero en partido en el cual por jugadas de gol el Celeste perfectamente pudo haber ganado por cuatro o cinco goles de diferencia, puede sonar chocante, o llamativo decir que el factor decisivo de un triunfo fue un solo jugador. De hecho en Temperley hubo una gran tarea de Luis Rodríguez, una buena labor de Giannunzio, una atajada fundamental de Crivelli, pero el distinto, quien hizo las dos asistencias, quien desniveló el marcador y en definitiva quien marcó la diferencia fue Gustavo Núñez.


El chiquito ex Estudiantes de la Plata, apareció en los momentos justos y con su cambio de ritmo, velocidad y habilidad desniveló a la defensa local y puso la diferencia justa en el partido

Barrella trató de conservar la mayor cantidad posible de jugadores y de estructura respecto al equipo que venció a Los Andes tratando quizas de mantener el envión y el funcionamiento de ese encuentro, sin embargo no hay dos rivales iguales, no hay dos partidos iguales y en este caso, no hay dos terrenos de juego iguales.

El piso tenía varios sectores inundados en especial los dos laterales a la altura de la zona central y la mitad de la cancha, y en el centro de la cancha y en las áreas bastante barro, las zonas donde mejor estaba era en el sector de los cuatro corners. Esta situación pareció complicar mucho a los dos equipos en especial en la etapa inicial, donde los jugadores parecían no hacer pie.

El partido era un concierto de resbalones errores en los pases, pelotas a dividir y situaciones donde tras dos pases el tercero indefectiblemente iba a un rival.

En el local, el enganche Pratto trataba de tomar la manija del partido pero no encontraba compañía, el Celeste parecía en todos los sentidos, empantanado. Solo la clase de Sosa, para tratar de salir jugando, incluso en lugares donde era muy dificil hacerlo, y la combatividad de Giannunzio constituian elementos para destacar. El chico de Santa Teresita Luzky y Núñez no lograban entrar en contacto con el balón y quedaban muy lejos de los volantes.

El local pese a parecer levemente mas adaptado al terreno no generaba demasiado riesgo, salvo por una apilada por derecha de Gómez, aprovechando uno de los pocos sectores secos de la cancha pero no la terminó bien.

En el Celeste se sumaba a las complicaciones del campo la lesión de Molina quien debió salir (se le trabó la rodilla en el barro tras un camisetazo de Oltolina y sufrió un esguince de rodilla).

El partido era trabado, mal jugado y sin situaciones de gol, pero poco a poco, la lucha de Giannunzio y Luis Rodríguez fue presionando cada vez mas a un mediocampo y una defensa local que, cada vez se equivocaba mas.

No había aparecido demasiado Núñez en el partido pero tras una habilitación de Pajón, que había ingresado por Molina, enganchó entre dos jugadores por derecha desbordó y lanzó un centro a media altura donde Luis Rodríguez, anticipó a sus marcadores y casi de palomita, abrió el marcador.

En el inicio del complemento el Celeste la pasó mal. el local sin nada de futbol, pero adelantando todas sus líneas llenó el área de centros y complicó a una defensa que solo atinaba a pegarle de punta y para arriba. La mas clara fue cuando a los 12' tras un corner desde la derecha, cabeceó Banegas, la peinó en el camino Zuleta y Federico Crivelli la descolgó de un ángulo.

Todo se complicaba porque el equipo no hacía pie, pero fue Maxi Núñez nuevamente quien frotó la lámpara y destrabó todo. Arrancó en diagonal desde la mitad de la cancha por derecha, cuando Russo y Seevald dieron el paso adelante, el ex Estudiantes se hizo un autopase y en velocidad pasó entre los dos, hasta desbordar por izquierda, lanzó el centro y Quevedo, que entraba solo por el centro del área amplió el marcador.

Ahi comenzó otro partido. Cambaceres perdió el poco orden que mostraba y se fue al ataque en forma descontrolada, generando algunas llegadas como un par de cabezazos de Benitez y un remate de Zuleta , pero de contra el Celeste tuvo cuatro situaciones muy claras, un par de Nuñez, una de Quevedo y en el final, cuando ya Temperley se había quedado con diez por la expulsión de Micheli, Caballero que había ingresado por Luzky también tuvo la suya pero salvó con una mano el arquero González.

Fue un buen triunfo del Celeste, importante pues se mantiene el envión anímico tras la victoria en el clásico y porque, poco a poco, se va logrando ubicar al equipo en posiciones mas cercanas a las esperadas.